Leila Marassi

Lic. en Psicología

En el momento del diagnóstico de una enfermedad como el cáncer, todas las esferas de la persona quedan vulnerables. Lo laboral, lo familiar, lo social lo físico y lo emocional se pone a prueba.
La imagen corporal y la autoestima son dos aspectos que se encuentran afectados en personas que han sido diagnosticadas.

Tener una imagen corporal distorsionada, conlleva a una valoración errónea de la misma, lo que repercute negativamente en la autoestima. Resulta difícil poder expresar la preocupación por la imagen (o pérdida del atractivo sexual), porque en una situación donde el foco de atención esta puesto en la salud y la supervivencia, puede resultar superficial (o sin importancia), temas relacionados a la apariencia física. Sin embargo, consideramos que el malestar emocional generado por múltiples cambios físicos durante el comienzo del tratamiento, pueden cronificarse si no se consulta con un especialista.

Desde la psicooncología consideramos significativo que cada persona disponga de un espacio en el cual poder expresar con toda sinceridad y confianza aquellos aspectos que más le preocupa, incluyendo los que muchas veces considere sin relevancia.